Un nuevo episodio de tensión y violencia en la Cisjordania ocupada ha conmocionado a la comunidad internacional: un adolescente palestino-estadounidense de 14 años fue asesinado a tiros por soldados israelíes en la localidad de Turmusaya. Según confirmó la gobernadora de Ramallah, Laila Ghannam, el joven falleció el domingo por la noche, mientras que otros dos adolescentes, también con doble nacionalidad, resultaron heridos.
El ejército israelí declaró que sus tropas actuaron durante una operación «antiterrorista», al observar a tres personas arrojando piedras contra vehículos que transitaban por la zona. En un video difundido por las fuerzas israelíes, se observa a tres figuras, una de las cuales lanza lo que aparenta ser un objeto. Los soldados dispararon, matando a uno de los jóvenes e hiriendo a los otros dos. La Sociedad de la Media Luna Roja Palestina informó que ambos adolescentes fueron alcanzados en el abdomen y trasladados al hospital de Ramallah, uno en estado grave.
La noticia se conoció pocas horas antes de la llegada del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu a Estados Unidos. Un portavoz del Departamento de Estado estadounidense confirmó la muerte de un ciudadano estadounidense, expresó condolencias y señaló que se trató de una operación militar, actualmente bajo investigación.
Este caso se suma a una lista de incidentes que involucran a ciudadanos estadounidenses en territorio palestino. Casos como el de Rachel Corrie, la periodista Shireen Abu Akleh o el joven Mohammed Khdour, todos muertos en acciones militares israelíes, siguen generando preocupación por la aparente falta de responsabilidad legal en estos hechos.
Las operaciones del ejército israelí se han intensificado en Cisjordania desde inicios del año pasado, tras el cese del fuego en Gaza. Organismos de derechos humanos advierten que los ataques están siendo cada vez más indiscriminados, afectando a civiles y destruyendo infraestructura. Desde entonces, unas 40.000 personas han sido desplazadas, y la presencia militar israelí ha escalado al punto de desplegar tanques por primera vez en más de dos décadas.
Este nuevo hecho reaviva el debate sobre el uso de la fuerza, la protección de menores y el creciente deterioro de la situación humanitaria en los territorios palestinos ocupados.



