El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, encabezó este domingo una masiva manifestación en la ciudad de San Pablo, en la que se presentó como víctima de una persecución política. La movilización tuvo como eje central el pedido de amnistía para los condenados por el intento de golpe de Estado del 8 de enero de 2023, cuando miles de simpatizantes bolsonaristas tomaron por la fuerza las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia.
Durante su discurso, Bolsonaro, quien enfrenta un proceso penal por conspiración para derrocar al actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva, se comparó con figuras internacionales como el expresidente estadounidense Donald Trump y la dirigente francesa de ultraderecha Marine Le Pen, afirmando que, al igual que ellos, es blanco de una ofensiva judicial con fines políticos.
La marcha fue la primera gran manifestación pública de apoyo desde que la Corte Suprema de Brasil inició formalmente el juicio en su contra, acusándolo de liderar un plan golpista para desconocer los resultados de las elecciones presidenciales de 2022, en las que fue derrotado.
Bolsonaro, que se mantiene como una figura influyente dentro del espectro conservador brasileño, volvió a agitar su discurso en defensa del “orden” y contra lo que califica como abusos del poder judicial. Ante una multitud que coreaba consignas en su favor, pidió “paciencia, fe y resistencia”, al tiempo que insistió en la necesidad de revisar las condenas impuestas a sus seguidores por los hechos violentos de enero de 2023.
La manifestación reaviva las tensiones políticas en Brasil y confirma que, a pesar de las causas judiciales que lo rodean, Bolsonaro conserva una fuerte base de apoyo popular dispuesta a salir a las calles en su defensa.



