Ciudad Evita fue escenario de una jornada marcada por el dolor y la conmoción. Este lunes, familiares, vecinos y compañeros de colegio despidieron a Thiago Correa, el niño de siete años que perdió la vida tras recibir un disparo en circunstancias que involucran a un agente policial.
La despedida comenzó con una misa íntima en la escuela parroquial a la que asistía Thiago. Entre lágrimas, padres, docentes, compañeros y familiares ofrecieron un último adiós cargado de emoción. Luego, el cortejo fúnebre se dirigió al Club Defensores Unidos de Tablada, donde Thiago jugaba y era conocido por muchos. Decenas de vecinos lo esperaban con globos blancos y muestras de apoyo a la familia, visiblemente afectada por lo sucedido.
Las palabras de los vecinos reflejaron el clima de angustia general. “Era un nene del club. Todos lo conocíamos. Ahora es un ángel”, dijo una mujer entre lágrimas. Otra vecina expresó su preocupación por el contexto social: “Tenemos hijos, nietos… duele esta desprotección”.
El padre de Thiago, quebrado por el dolor, exigió justicia: “Quiero que paguen todos los que tengan que pagar. No puede quedar así”. La madre, también profundamente conmovida, agradeció las muestras de cariño y recordó que “Thiago fue siempre muy querido por todos”.
Finalmente, el cortejo llegó al cementerio Camposanto, en González Catán, donde se realizó la sepultura en un ambiente cargado de pesar.
La investigación judicial continúa mientras la comunidad espera respuestas. El accionar del oficial Aguilar Fajardo, presunto autor del disparo, está siendo evaluado tras conocerse los resultados de la autopsia.



