En medio de un escenario de tensión creciente en La Rioja, crecen las versiones sobre un presunto plan impulsado por el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, que tendría como trasfondo no sólo un fuerte ajuste en la provincia, sino también un giro político personal: su posible candidatura en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Según trascendió, Menem estaría preparando su salida de La Rioja para enfocarse en un futuro electoral en el distrito donde vive desde los 15 años. Pero antes de dar ese paso, se le atribuye la intención de ejecutar un paquete de medidas que podrían tener un fuerte impacto en el entramado económico, laboral y social de la provincia.
Uno de los puntos más alarmantes es el supuesto bloqueo de fondos extracoparticipables, recursos fundamentales para sostener el funcionamiento estatal y garantizar el pago de sueldos a empleados públicos. A esto se sumaría, según fuentes cercanas al oficialismo provincial, un plan para despedir a cerca de 20.000 trabajadores estatales, lo que representaría un golpe severo a la estructura del empleo público riojano.
La estrategia, afirman algunos analistas políticos, buscaría debilitar al gobierno provincial, generar una crisis institucional y presentarse como una ruptura con la “vieja política”, usando ese conflicto como plataforma de posicionamiento en Buenos Aires.
Mientras tanto, el malestar crece entre los gremios y trabajadores que temen por sus puestos y por la estabilidad de servicios esenciales. En este contexto, muchos se preguntan si se trata de un plan de gobierno o una jugada individual de ambiciones nacionales, con la provincia de La Rioja pagando el costo.



