Un reciente estudio elaborado por los psicólogos Richard Lynn y Tatu Vanhanen ubicó a Uruguay como el país con el coeficiente intelectual (CI) promedio más alto de Latinoamérica, alcanzando los 96 puntos. En la lista, Argentina ocupa el segundo lugar con un promedio de 93, seguida de cerca por Chile, con 90 puntos. Estos datos han despertado el interés de expertos y medios, y reabren el debate sobre el impacto de las políticas educativas en el desarrollo cognitivo de las poblaciones.
Según los autores del informe, factores como una educación inclusiva, la inversión sostenida en infraestructura escolar y un acceso equitativo al conocimiento juegan un papel determinante en los niveles de CI registrados en cada país. La calidad del sistema educativo, el entorno familiar y el estímulo intelectual desde edades tempranas también influyen de manera significativa.
En este contexto, el liderazgo de Uruguay no sorprende del todo, ya que el país ha sido históricamente reconocido por su fuerte apuesta a la educación pública, el acceso universal y la formación docente.
Aunque el coeficiente intelectual no es el único indicador del desarrollo humano o académico, los resultados del estudio permiten reflexionar sobre las brechas regionales en materia educativa y el valor de implementar políticas que prioricen el conocimiento como motor de crecimiento.
El informe ha sido compartido ampliamente y genera un nuevo punto de partida para seguir discutiendo el rol que cumplen la educación y la equidad en el futuro de América Latina.



