Una nueva tragedia golpeó al sur de la Franja de Gaza, donde al menos 20 personas murieron y decenas resultaron heridas tras un ataque que, según denunció Hamás, fue perpetrado por tropas israelíes contra civiles desplazados. El hecho ocurrió en el eje de Netzarim, mientras una multitud intentaba acceder a ayuda humanitaria en un centro de distribución instalado por las propias fuerzas israelíes.
El incidente reavivó la polémica en torno al mecanismo de distribución de alimentos y asistencia operado por Israel y Estados Unidos. De acuerdo con fuentes de la resistencia palestina, desde su implementación, este sistema habría provocado la muerte de más de 150 personas, muchas de ellas durante estampidas o ataques similares. Organismos internacionales también criticaron el modelo, alegando que limita la labor de las agencias humanitarias independientes y profundiza la ya grave crisis alimentaria en la región.
Hamás exigió la suspensión inmediata de este tipo de operativos y reclamó la apertura de los pasos fronterizos para permitir el ingreso libre y seguro de ayuda internacional. Las víctimas fueron trasladadas a los hospitales Al-Awda y Al-Quds, que enfrentan condiciones críticas por la falta de insumos y electricidad.
Pese a las reiteradas condenas de la comunidad internacional, los ataques a civiles continúan generando una crisis humanitaria de enorme magnitud. La situación en Gaza, devastada por la guerra y la escasez, mantiene al mundo en vilo ante una urgencia que no da tregua.



